Qué es el IKIGAI y cómo puede ayudarme a poner dirección en mi vida.

Qué es el IKIGAI y cómo puede ayudarme a poner dirección en mi vida.

Cuando cumplí 30 años, sentí que había tocado fondo.

Estaba en un trabajo que no me gustaba, pasaba todo el día ahí y, aunque terminaba agotada, sentía que no avanzaba. Mis relaciones estaban estancadas, y ni siquiera mi casa era un refugio que se sintiera seguro para mí. Era como si estuviera atrapada en una rutina sin sentido, en piloto automático, sin energía, sin dirección, sin propósito...

Había noches en las que me acostaba con ganas de llorar, preguntándome si esto era todo lo que la vida tenía para ofrecerme. ¿Acaso había nacido solo para sobrevivir?

Un día, casi por casualidad, leí sobre el Ikigai, un concepto japonés que significa "razón de ser". Decía que todos tenemos un propósito en la vida, algo que nos hace levantarnos con ilusión cada mañana. Pero en ese momento, yo no tenía ni idea de cuál era el mío.

Fue entonces cuando decidí emprender el viaje más importante de mi vida: el de encontrarme a mí misma.

El Ikigai: Más que una moda, una forma de vida

A diferencia de lo que muchas veces nos han enseñado, el propósito no es algo que un día aparece mágicamente en nuestra mente. No es una revelación repentina ni un camino predefinido. Es algo que se construye, que se descubre poco a poco a través de lo que hacemos, lo que sentimos y lo que aportamos al mundo.

El IKIGAI no es solo una palabra bonita ni un diagrama con círculos que se cruzan. Es una forma de mirar la vida con ojos curiosos y un alma abierta. Imagínate despertarte cada mañana con una chispa, un motivo para levantarte que no depende de lo que diga el reloj o la agenda. No se trata de tenerlo todo resuelto —créeme, yo tampoco lo tengo—, sino de dar pasos pequeños hacia lo que te hace sentir vivo.

Piensa en esto: ¿qué te saca una sonrisa sin que te des cuenta? Tal vez sea cocinar para alguien que quieres, enseñar algo que dominas o simplemente sentarte a escuchar el silencio. Eso es el comienzo. Luego viene lo práctico: ¿en qué eres bueno? ¿Qué necesitan los demás de ti? Y sí, también está el dinero, porque vivir con propósito no significa ignorar las cuentas. El IKIGAI es ese equilibrio mágico, y aunque suena sencillo, requiere paciencia y un poco de valentía para mirarte de verdad.

El Ikigai se encuentra en la intersección de cuatro preguntas esenciales:

  • ¿Qué amas hacer? 💛 (lo que te apasiona)
  • ¿En qué eres bueno/a? 🌟 (tus talentos y habilidades)
  • ¿Qué necesita el mundo de ti? 🌍 (cómo puedes contribuir)
  • ¿Por qué podrían pagarte? 💰 (cómo puedes sustentarte con ello)

Cuando encuentras ese punto de equilibrio, la vida deja de sentirse como una carga y empieza a sentirse como un viaje emocionante.

Nunca es tarde para encontrar tu propósito

Conozco muchas personas que han pasado años en un trabajo que no les llena, siguiendo un camino impuesto por la sociedad o sus miedos. Y cuando deciden dar un giro, sienten que es demasiado tarde. Pero déjame decirte algo: nunca es tarde para empezar a vivir con sentido.

Si estás leyendo esto, es porque una parte de ti ya siente ese llamado. No ignores esa voz. Atrévete a buscar, a cuestionar, a descubrir lo que realmente te mueve.

Si quieres dar el primer paso en este camino, he creado un eBook que te ayudará a profundizar en este proceso: “Encuentra tu Propósito”. En él comparto ejercicios prácticos, reflexiones y muchas herramientas para ayudarte a descubrir tu Ikigai y empezar a construir una vida con más significado.

📩 Descárgalo aquí y comienza tu viaje hacia una vida con propósito.

Recuerda: tu vida es demasiado valiosa como para vivirla sin propósito. No tengas miedo de explorar, porque cuando encuentres tu Ikigai, cada día tendrá un nuevo sentido.

Con cariño,

Sheyla D.

Regresar al blog